puro titan cuadroMe gusta el arte, soy pintor”. Está bien escuchar a un artista tan joven tener las cosas tan claras. No es fácil y no suele ser lo habitual. El arte no es una carrera sencilla, no es un terreno de un único camino y menos en los tiempos actuales marcados por los ritmos del mercado artístico y los rápidos avances de los nuevos soportes tecnológicos que han abierto nuevas puertas para la creación. Iker serrano pinta desde siempre pero es ahora, una vez fuera de la facultad y con importantes proyectos a la vista, cuando se ha sentido pintor, un artista que busca en el arte una vivencia estética, esa necesidad de experimentar la vida a través de la pintura. En esta exposición se alternan obras de varias series Entre Cazador y Explorador, Boxing Painters e Ironía Cotidiana que conviven en un mismo tiempo dentro del proyecto más amplio de Identidades y Vidas Cruzadas. Junto a estas series, un conjunto de varias obras de pequeño formato, es el más abierto, más experimental, más suelto y con menos limitaciones de todos en los que está trabajando, es una reflexión plástica sobre el objeto cotidiano, sobre las escenas de la vida diaria.

En muchos de sus cuadros, figurativos, habla del territorio del que proviene, de Zizur, de un espacio en el que la naturaleza está cerca. Le interesa la pintura como un acto pictórico para mostrar el entramado que rodea la artista, su mundo exterior, el interior y el espacio de trabajo y por eso para él es inevitable pintar al propio artista, un gesto, el del autorretrato que también tiene que ver con ese momento en el que uno se reafirma como lo que es: un pintor. En ese sentir la pintura como experimentación, plasma escenas entre la realidad y la ficción en el que vive a través del arte, realiza actos que no se podrían hacer en la vida real pero sí en el cuadro, vivir a través de lo pintado.

Los autorretratos son una parte importante de su trabajo, porque le permiten plantear cuestiones sobre su propia existencia y tener esas experiencias sólo visibles a través de su pintura. Una obra en la que plasma también los elementos propios del pintor, caballetes, pinceles, otros artistas...Para él, pintarse así mismo es como una reafirmación del pintor como tal, “hoy en día hay muchas tendencias posibles, muchas maneras de hacer arte en las que la pintura queda relegada casi a un aire romántico; hay que ver donde se sitúa y dentro de ella donde quedan los pintores. Cada día es una permanente elección el como cuando tratas de resolver cada cuadro, el objeto, la luz, el color ¿dónde están los límites?”, explica.

Él mismo se convierte en el protagonista de su pintura y se disfraza en ocasiones como en esa escena en la que como un cazador aparece escondido en una maceta, porque no renuncia a la ironía, es más, forma parte de su pintura. El arte, cada cuadro, par él es como una composición musical en la que hay que ir variando ritmos en niveles diferentes de experimentación, porque cada cuadro exige algo diferente y sólo la suma de todo ello te da la melodía final.

Boxing Painters es otro de sus proyectos, en el que se muestra como un trabajador-combatiente que lucha consigo mismo, con sus inquietudes, con el mundo y en el que sigue hablando de la reafirmación del pintor, mezclando los dos lenguajes el del pintor con el luchador, simulando esa pelea diaria del artista con su obra. “Creo que en la pintura hay que tener humildad para reconocer cuando algo está bien o no. No me preocupa el tener un estilo sino ser sincero conmigo mismo al pintar. La continuidad es importante pero siempre que se experimente y se asuman riesgos. Me interesa la experiencia estética en la pintura, vivir experiencias a través de ella. Lo esencial es querer vivir algo en la pintura. En definitiva pinto porque necesito pintar. Cuando me pongo a pintar es el cuadro el que manda, por eso cada uno es diferente al otro”, explica.

 

Alicia Ezker.